A la hora de evaluar las series de su catálogo original, en Netflix han sido muy claro con lo que buscan: series baratas que atraigan al público o series caras que atraigan una cantidad obscena de público.
Más allá de los baremos empleados para medir la cantidad de audiencia, y el hecho de que las maratones prioricen para Netflix, la tendencia a cancelar series que tiene la compañía es bien conocida por todos.
Esta semana le ha tocado el turno a una producción nacional, Smiley, la comedia romántica LGTBQ+ estrenada el pasado diciembre, que se basa en la obra teatral de Guillem Clua, quien también es el creador de la adaptación televisiva.
La historia de amor entre Álex y Bruno no terminó de cuajar entre el público de Netflix. De hecho, la serie no consiguió posicionarse a nivel global entre las 10 más vistas durante sus primeras semanas en ningún momento —en España sí—.
Netflix no renueva Smiley
Guillem Clua confirmó que no habría segunda temporada en el programa Aqui Catalunya, de Cadena SER, donde fue muy conciso: «No habrá segunda temporada de Smiley».
En medio de una tormenta perfecta para Netflix, con un desplome de suscriptores en España, críticas por la cancelación de series y por la calidad de su contenido original, la huelga de guionistas y el mercado cada vez más competitivo, la compañía no pierde una de sus cualidades más implacables, a la par que frustrantes.
Son muchas las series de Netflix que han visto caer la guadaña de la cancelación sobre ellas a lo largo de los años. Los fans se han llevado as manos a la cabeza con frecuencia, aunque pocos llegan a los extremos de los seguidores de La monja guerrera, claro.
Puede que la historia de amor de Smiley no estuviese hecha para durar en Netflix, pero otro gallo canta en los escenarios, donde Guillem Clua volverá a llevar la obra secuela que se estrenó en 2020.